Hello

- "Hola, soy yo"

   Tres palabras que nunca pensé que me fuese a costar tanto pronunciar. Dicen que el tiempo lo cura todo, yo debo de ser la excepción a la regla. Estoy nerviosa. Si estuvieras aquí, verías cómo me tiembla la mano. Tu me decías que era la mujer más valiente que habías conocido nunca. Bueno... digamos que he cambiado.

-"Hola, aunque han pasado los años... ¿te gustaría quedar?"

   Estoy aquí, deseando decirte que te echo de menos y muriéndome porque  me digas que quieres hacer que vuelva a funcionar. Pero... eso no va a pasar, llego tarde, ¿verdad? Tú habrás logrado mudarte, ya no vivirás en esa ciudad que se nos quedaba pequeña. Habrás conocido a muchas, cuento con ello, y te habrás quedado con aquella que sabes no va a cometer mis mismos errores.

-"Hola, ¿puedes oírme?"

   Te he llamado mil veces para decirte que lo siento. Tu recuerdo me ha enseñado que lo tenía que haber hecho de otra manera. No me coges el teléfono, puede que no estés en casa o que ya no te afecten mis llamadas. Me dijiste que nunca nadie me iba a querer como tú, me jode tener que darte la razón. ¿Por qué lo tuviste que hacer tan bien? ¿Y por qué fui tan estúpida de dejarte escapar? Debí abrazarte más fuerte.

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Qué difícil es.

   Qué difícil puede ser admitir que alguien te importa más de la cuenta. Esa sensación entre miedo y adrenalina que, o te paraliza, o te empuja a saltar al vacío. Decir "creo que me estoy enamorando de ti" es confesar que estas pillado hasta las trancas.  Es reconocer que tienes miedo a que te diga que no, a que te rechace. Y el miedo, como todos sabemos, debilita.

   Y, decidme, ¿quién quiere ser vulnerable? Exacto, nadie. Ser inseguro delante de esa persona que se te ha metido en la cabeza (y que puede que te esté quitando horas de sueño) no es nada a atractivo, o eso nos han dicho.  Para que todo salga bien tienes que mostrarte seguro, tener ese puntito de 'todo me da igual', y hacerte el interesante.

   Vale, estupendo, pero es que cuando te tengo delante me tiemblan las piernas, consigues que todo lo demás me de igual y estoy interesada, pero en ti. ¿Qué hago? ¿Finjo que eres solo un pasatiempo cuando lo que quiero es que elijas pasar más tiempo conmigo? Además, mis amigos me han dicho que se me nota demasiado, que ya te tienes que haber dado cuenta. Así que dime: ¿sabes ya que me estoy enamorando de ti?

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   P.D: Al ver cómo a los protagonistas de la serie You're the worst (en español: 'Eres lo peor') les cuesta tanto confesar sus sentimientos románticos, me he dado cuenta de que esto pasa mucho más a menudo en la vida real que que alguien te ponga el mundo a tus pies en dos semanas (o en dos capítulos). 

Detrás de la canción | 'Ya no'

  A mi me costo pronunciar ese "tenemos que hablar" y tú no querías oírlo. Nos empeñamos en evitar esa salida porque fantaseamos demasiado con que lo nuestro merecía la pena. No nos queríamos quitar la venda que nos impedía ver más halla de nuestro miedo al fracaso. ¿Quién nos iba a decir que le tendríamos que dar la razón al pasado para aceptar que lo nuestro no tenía futuro?

 Ninguno de los dos pensamos que los esfuerzos pudiesen ser limitados pero, al final, se nos agotaron las fuerzas y nos quedamos sin las palabras. Los dos sabemos que seguir intentándolo sería un disparate, y la locura solo tiene sentido si es por amor. ¿Sabes lo que me hizo reaccionar? Que tus reproches me dolían cada vez menos y tus gritos los oía, cada vez, más y más bajito. 

  Entonces pensé que si la bajada ya no era tan demoledora es que nuestro punto de partida ya no estaba tan arriba. Y no tiene sentido subir la misma cuesta para disfrutar de peores vistas, ¿verdad? No se si me entiendes, pero el caso es que ya nada es cómo antes. Ni tu sonrisa me despierta mariposas, ni mi presencia te pone ya tan nervioso. Te he querido, y mucho, pero ya no.

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No voy a hacer nunca lo que no me de la gana.

 

  Carta a todos aquellos que dicen cosas como "de ilusiones no se vive" o "dentro de unos años se te habrá quitado la tontería." Vengo a deciros que, sinceramente, os vayáis un poquito a la mierda. ¿Qué pasa? ¿Os sorprende que sea tan mal educada? Pues lo siento, es lo que hay cuando pierdo la paciencia.

  Y os aseguro que ya he aguantado bastante. Llevo años quedándome callada cada vez que oigo una de esas gilipolleces, fingiendo que escuchaba vuestros absurdos consejos y hasta planteándome si tendríais razón, si la vida sería tan insulsa como vosotros me la pintabais.  Hasta que me di cuenta de que la culpa no era mía por soñar, si no vuestra por ejercer una libertad que no os pertenece, por atreveros a decirle a los demás que no lo intenten.

  Siento mucho si infravalorasteis vuestros sueños en cuanto os empezaron a poner a prueba e, intuyo, que la resignación debe de ser un lastre difícil de llevar pero, ¿podríais cargar con él con la boca cerrada? Ahorraos vuestros sermones conmigo porque, como dijo Cabral, no voy a cambiar el sueño de mi vida por el pan de cada día. Que os aproveche vuestro colchón de frustrada comodidad, que yo prefiero tirarme a la piscina y disfrutar de la caída.

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¿Nos conocemos?

  
  Acabamos atrapados en la idea que tenemos de nosotros mismos. No nos permitimos jugar a ser nada más que la primera persona del singular. Sé que salirnos del 'yo' es aterrador; y aquí, más que nunca, priorizamos lo malo conocido sobre lo bueno por conocer. 

  Pero aquellos que se han atrevido saben lo liberador que resulta pisar fuera del tiesto, salir del salón de lo conocido e inspeccionar las demás habitaciones que conforman nuestra personalidad. Esas habitaciones que un día cerraste a cal y canto para que nadie nunca pudiese verlas, y aquellas que no visitas desde que jugar a imaginar historias dejó de interesarte. Seamos exploradores de nuestra personalidad. Coge el látigo a lo Indiana Jones que se avecinan curvas pero, recuerda, tú no andas buscando nada que este perdido, tu deambulas para conocerte mejor a ti mismo.

  No te confundas, no te digo que renuncies a tu esencia, te digo que te asegures de que ese es tu perfume. Que no porque te guste el olor de las rosas tienes que renunciar a las hortensias. Te aconsejo que descubras más de tus facetas, que cuando te mires al espejo tardes un poquito en reconocerte porque veas una cara nueva a la que antes no te atrevías a mirar a los ojos. No te encasilles (tranquilo, la sociedad se encargará de eso) tu trabajo es conservar ese ápice de locura para querer salirte del molde.

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