¡Vamos a la playa, calienta el sol!

  Esta semana llegó el momento de coger todos nuestros bártulos veraniegos, meterlos a presión en el coche y dejar que el navegador del móvil nos llevase a algún destino con olor a mar y a protector solar. Aprovechando que tenía la playa a tiro de piedra, y como lo mío no es eso de extender la toalla y torrarme al sol, decidí probar y atreverme a hacer surf. Era uno de esos planes que se ven pospuestos por la fría rutina del invierno y que colocamos en el cajón de los "algún día", junto con otros proyectos que están a la espera de que los saquemos de ahí, de que los empujemos fuera de la incertidumbre del futuro y los plantemos en la certeza del presente.

  Como os decía, siempre me ha picado el gusanillo de probar este deporte (y sí, lo admito, las series y películas tienen mucho que ver en todo esto) y nunca me he alegrado tanto de lanzarme a hacer algo. Me cansé, y mucho, y tengo varios moratones prueba de mis caídas pero de alguna manera, cada vez que terminaba las clases con unas agujetas que no podía ni abrocharme sola el cinturón de seguridad, me iba con una sensación de felicidad y de relajación que no hacían otra cosa que engancharme más y más a la sensación de estar encima de la tabla. Y es que, hay algo mágico en eso de estar metida en el mar, mirar hacia la playa, verla casi vacía y dejarse mecer por el oleaje al ritmo de la tranquilidad de la mañana.

  Pero no todo en las vacaciones fue surfear, también había que hacer un poco de turismo. Ir a aquellos pueblecitos costeros que guardan en sus calles historias de pescadores que nunca conoceremos, de amas de casa que se levantaban al amanecer para encender la cafetera y de niños que corrían para llegar a la playa antes que sus amigos y gritar: ¡gané!.

Combarro.

   Cuando la semana de vacaciones terminó y volvíamos a casa con más arena en las alfombrillas del coche de la que le hubiese gustado a mi padre, me dí cuenta de que todo lo que habíamos hecho durante esos días tenía un denominador común: el mar. Ese conjunto de agua que siempre nos ha intrigado y en el que buceamos para buscar respuestas escondidas en sus oscuras profundidades. Del que envidiamos su poderosa determinación porque, aunque le cueste siglos, no hay nada que él no pueda erosionar. Quizá nos hipnotiza porque vemos algo de nosotros en él: esa capacidad para mostrar al mundo una capa superficial que brilla bajo el sol, y esconder bajo ella nuestra propia oscuridad.

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Review: Very good girls (Y cadena de pensamientos.)

   Ayer vi una película, titulada Very good girls, donde los protagonistas se equivocan estrepitosamente una y otra vez, donde los personajes  son conscientes de que lo están haciendo mal pero aún así su egoísmo les convence de que no es para tanto. El tema principal de esta película es la madurez y la valentía de enfrentarnos a nuestros demonios, habilidad que solo se adquiere con la experiencia. Y es que a veces, más a menudo de lo que querríamos confesar, ocurre que nosotros mismos ya sabemos la respuesta a una pregunta que nos atormenta o el camino para salir de un conflicto y es, simplemente, admitirlo lo que nos horripila. Esto nos mantiene inmóviles, a la espera de que venga otro y tome las riendas de nuestra vida.

"I belive you want me to tell you things you already know."

("Creo que quieres que te diga cosas que tú ya sabes.")

Very Good girls.

   Pero déjame ponerte en situación: Imagínate que tu mejor amiga y tú os proponéis perder la virginidad en vuestro verano de los 18, habéis acabado el instituto y dar este paso os parece la mejor manera de prepararos para la vida universitaria que os espera a la vuelta de las vacaciones. Ahora imagínate que las dos os enamoráis del mismo chico ese verano, a las dos os intriga el chico que vende helados en el paseo marítimo. De repente, los sentimientos, los celos y la culpa os superan y decidís empezar a contar mentiras para intentar frenar el tambaleo de vuestra amistad; porque a los 18 años todavía no sabéis que las mentiras no son la solución, sino un atajo para hacer crecer los problemas. Esta es la trama de la película f, que se va complicando y complicando hasta que las dos amigas maduran lo suficiente, al final del verano, como para admitir y pedir perdón por sus errores.

  

  Esto me ha dejado pensando que, a pesar de todo lo malo que les pasa a Gerri y a Lilly ese verano, creo que las futuras versiones de sí mismas lo recordarán como una etapa importante y necesaria en sus vidas, como una época de evolución que, como todo cambio, lleva inherente su parte de dificultad. 

  Sin embargo, lo que creo que está claro es que ese verano no les habrá sido indiferente, no pasará desapercibido por esa selección que lleva a cabo nuestro cerebro y de la que solo se salvan los recuerdos.

                                                                                                                              - "I'm afraid of dying."

-"I'm afraid of not doing anything while I'm still here."
(-"Le tengo miedo a la muerte."
-"Yo le tengo miedo a no hacer nada mientras aún estoy vivo")

Very god girls.

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· Trailer "Very Good Girls" (lo siento pero no lo he encontrado subtitulado, pero la película sí que lo está.) 

Review: Walking on Sunshine

  Correcto, me ha dado otra vez por reseñar películas y es que ayer vi una que grita verano por cada punto y cada coma de su guión.

SINOPSIS

  La película en cuestión es un musical titulado 'Walking on Sunshine' y que es muy del estilo de 'Mamma Mia' (aunque salvando las distancias). La historia cuenta como Maddie, hermana mayor de Taylor, invita a esta a su repentina boda en un pueblecito costero de Plugia. Cuando llega a su destino, Taylor se da cuenta de que el prometido de su hermana no es otro que Raf, el italiano con el que mantuvo un intenso romance de verano tres años atrás, ¡fíjate tu por dónde, qué causalidades tiene el destino! :) Como os podéis imaginar, a partir de esta premisa se desarrolla la típica comedia romántica pero esta tiene como banda sonora las canciones que fueron grandes éxitos en los 80.

OPINIÓN

  Dame romance y música y yo soy feliz. Y es que me encantan las comedias románticas y me vuelven loca los musicales. Mi lema es: ya puestos a ver ficción, que sea por partida doble :P . De alguna manera, la inverosimilitud de que alguien siga enamorado de ti después de tres años, de que tu amor de verano adolescente haya sido semejante italiano y de que en cualquier momento los extras de tu vida se conviertan en un grupo de bailarines que amenicen tus mejores y peores momentos me transmite un 'buen rollismo' espectacular. Por todo esto, y porque el setting es la costa italiana,  creo que es una película idónea para ver en verano.

  Mi personaje favorito acaba siendo la hermana, Maddie, porque tiene la valentía de tomar aquellas decisiones que sabe que debería haber tomado hace mucho tiempo. Y mi escena favorita es la de la 'Tomatina' porque es la definición en movimiento de no tener preocupaciones y simplemente dedicarse a divertirse.

PUNTUACIÓN:

  5 de 5. Por ser un canto (y nunca mejor dicho) a la amistad, al amor y a lo necesario que es disfrutar del verano.

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·Trailer 'Walking on Sunshine': 

La naturaleza del sueño.

  Qué mala es la incertidumbre pero qué bueno plantearse cosas nuevas, así que hoy me he levantado exploradora, pues estoy decidida a perseguir las respuestas que se dejen encontrar. Todo esto viene porque el otro día vi una de esas películas que tienen como subtitulo 'y vivieron felices', de esas que sabes que no van a terminar hasta que los protagonistas consigan todo lo que quieren, y a mi querida mente perversa se le ocurrió darle la vuelta y dejarme a solas con la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si todo eso que has soñado nunca llega a convertirse en realidad? Es más, ¿está en la naturaleza de un sueño dejar de serlo?

  Le he estado dando vueltas y si nos ponemos cínicos está claro que los sueños son intangibles, no son más que una ensoñación que tenemos la esperanza de ver delante de nuestros ojos cuando los abramos. 

  Pero empecemos por el principio antes de que todo se vuelva demasiado confuso. ¿Qué es un sueño? La Real Academia define "sueño" como 'cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse'. Así, los sueños quedan clasificados dentro del mundo de lo ficticio, alejados del 'aquí' y del 'ahora' dentro de un universo donde no existen tiempos ni espacios. Estas cualidades los colocan en el polo opuesto al mundo real.

  No hay que darle más vueltas, no le podemos pedir a un sueño que deje de serlo, al igual que la realidad no nos permite vivir en las nubes. Ya lo dijo Calderón de la Barca, 'los sueños, sueños son'.

  Por este motivo he decidido convertir mis sueños en proyectos, transmutarlos para que abandonen su naturaleza y pisen de una vez tierra firme. A la larga es más gratificante que abandonen ellos su mundo que que me vaya yo a vivir al de ellos. Solo tengo esta vida y es esencial salir de la cama para vivírla, mi naturaleza es conseguir no desear. Es hora de levantarse y emprender esos proyectos que un día fueron sueños.

Los que sueñan por el día son conscientes de muchas más cosas

 que escapan a los que solo sueñan por la noche.

-Edgar Allan Poe.

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