viernes, 26 de junio de 2015

Querida "tú".


  Querida "tú":

  Primero, deja que me presente, no me gustaría ser maleducada. Soy "tú", bueno en realidad soy "yo" porque "tú" no serás "yo" hasta dentro de unos años. Sí, hemos cambiado tanto como para que no podamos ni utilizar el mismo pronombre; es lo que tienen los años, que nos obligan a alejarnos del pasado. Y así yo me alejé de ti, de la persona a la que va dirigida esta carta.

  Quiero hablar seriamente contigo, creo que lo necesitas. ¿Qué es eso que me cuentan mis recuerdos de que no estás siendo tu misma? ¿Qué estás fingiendo ser otra para agradar a ciertas personas? Tranquila "yo" estoy aquí y, afortunadamente para ti, no soy como esa que venía del futuro con una botella de lejía debajo del brazo y te prometía una ropa más blanca, "yo" no vengo a aclararte la ropa sino las ideas.


  Has pasado mucho, lo sé, vivencias que son el entrenamiento que necesitas para afrontar los partidos que te tocará jugar dentro de algún tiempo. Te estás construyendo a ti misma, paso a paso, no quieras correr demasiado no sea que se nos acabe el fuelle antes de empezar. Esta bien, hay cosas que tienes que mejorar pero mejóralas porque "tú" quieres, no porque las opiniones de otros te empujen a hacerlo. Y es que, al fin y al cabo,la única que va a tener que soportarte toda la vida eres tú misma. Sí, correcto serás "tú" quien se ria, llore y recuerde tus tropiezos, entonces... ¿a quién más necesitas si "tú" sola te vastas? 


  Es importante que te sientas a gusto en el pequeño rincón que amuebles en tu interior porque no vamos a poder mudarnos de aquí. Así que, sigue tus propios criterios de decoración, no los de otros.

  Sinceramente "yo".

  P.D: Pero "tú" tranquila, al final, me gusta como me la has dejado.


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viernes, 19 de junio de 2015

La aventura comienza.


  Tener una idea, por pequeña que sea, y decidir llevarla a cabo es lo equivalente a ponerse las zapatillas y atarse los cordones dispuesto a llegar a tu destino cueste lo que cueste. 

  Emprender este viaje creativo tiene un punto de partida y una meta, sí, pero ni tu mismo puedes trazar con exactitud el camino que te llevará del punto A al punto B. Siento desilusionarte, si lo que querías era llegar cuanto antes para poder volver a ponerte las zapatillas de casa y echarte en el sofá ya te puedes ir olvidando. En cuanto empieces a andar vas a tardar poco en darte cuenta de que recorrer el camino es lo que merece la pena, y no cruzar la línea de meta. Incluso es más que probable que seas tu mismo el que aumente los kilómetros de tu carrera para disfrutar durante más tiempo de la emoción que acompaña a las pasiones, de las mariposas en el estomago y hasta de las piedras del camino. Disfrutar con lo que haces no significa estar anclado en un éxito permanente, sino amar tanto el proceso que no te importe fracasar. 

  Llega un momento en nuestra vida en el que el miedo a hacernos daño puede más que las ganas de subirnos al columpio. Es entonces cuando nos hacemos mayores y dejamos encerrado en el pasado al niño que no veía el peligro, al que le daba igual tener las rodillas peladas de tanto caerse. Sumergirse en el proceso de materializar una idea nos devuelve esa magia perdida y esas ganas de pasarlo bien sin importarnos las consecuencias. Combinadas, nos vuelven a hacer creer que somos invencibles.

"Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido."
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viernes, 12 de junio de 2015

Se avecina tormenta.

  Todo está en silencio, intranquilo, a la espera de algo.
Una tenue luz grisácea es la única que ha conseguido atravesar el manto de nubes que se acercan lentamente, que nos empiezan a aislar momentáneamente del verano.


  El olor me dice que se avecina lluvia y mis ganas le dan las gracias. Llega el momento de asomarse a la ventana para dejar que el viento zarandee tu 'pachorra estival', para darle la bienvenida a esas gotas de agua que refrescan el deseo de seguir viviendo el verano, que riegan los "vámonos de cañas" futuros.


  Por un momento el tiempo deja de ser, y las agujas del reloj de tener sentido. Y es que la lluvia es así, te obliga a dejarlo todo para que te des cuenta de que te está mojando. Es el sonido de las gotas aterrizando en el suelo, ese ritmo incesante, lo que convierte a los días lluviosos en los más sosegados del año. El incesante repiqueteo contra las ventanas ensordece los gritos y ahoga las preocupaciones, encogiendo los problemas hasta que, acurrucados bajo la manta, nos damos cuenta de lo simple que es todo. Que para que haya calma necesitamos manejar la tormenta y que mojarse en sus charcos solo fue malo desde que nos hicimos mayores.

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viernes, 5 de junio de 2015

De mi puño y letra.

  Os voy a confesar algo, soy de esas que escriben en los libros. Veo algunas caras de asombro pero no me avergüenzo, lo llevo con orgullo. Es más, tenéis que saber que lo hago con bolígrafo, ni siquiera con lápiz, no vaya a ser que venga alguien y me borre mis pensamientos. 


  Y es que no le veo sentido a eso de dejar los libros "como nuevos". Si invierto mi tiempo en algo, yo al menos, quiero dejar huella, hacerlo un poco mío. Puede sonar pretencioso, y lo es, pero por eso no voy a dejar de manosear el libro como espero que la vida me manosee a mí: subrayando aquello que me saque una sonrisa, anotando aquello que me haga pensar y llenando los márgenes de garabatos que sean pequeñas obras de arte. 


  Me gusta pensar que toda la tinta que añado alrededor de las letras mecanografiadas mantiene viva la versión de mi misma que era cuando caminé por esos párrafos. Quiero hacer de las rayas y garabatos los atajos que me lleven al 'ahora' cuando los relea 'después'. Un retrato hecho de mi puño y letra. Mi pequeño diario entre las páginas del de otro.

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