martes, 28 de abril de 2015

Éramos como hermanas.

  
  Ha pasado mucho tiempo, sí. El suficiente como para que cada una siguiera con su vida y los momentos juntas se convirtieran solo en recuerdos. Ya no duele pensar en ti, simplemente cada vez que escucho tu nombre o alguien me cuenta lo bien que te va en esa nueva ciudad, sonrío. Porque todo lo que compartimos no se merece otra cosa. No quiero inundar nuestra historia con lágrimas de tristeza.

  Y sí, no te voy a mentir, te echo de menos y creo que siempre lo haré, no te mereces el olvido. Como dijo Sabina: "Todos los días tienen un minuto en el que cierro los ojos y disfruto echándote de menos."


  No son solo las historias de amor las que llegan a su fin. Las amistades, desgraciadamente, también. Pero lo nuestro era especial, lo juro. Éramos como hermanas y es que disfrutar de la infancia, empezar a descubrir de qué va realmente la vida y jugar a ser mayores ha creado una conexión que por mucho que nos alejemos, siempre nos mantendrá unidas.

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domingo, 19 de abril de 2015

Mirar atrás y echarlo de menos.

  Admito que soy la primera que me he quejado: que si aquí ya no me queda nada por hacer, que si en cuanto pueda me largo, que si cualquier sitio mejor que este... Todo esto se lo contaba a los amigos, sentada en una terraza, al sol y bebiendo una cerveza. El problema viene cuando estás lejos y te das cuenta de que los amigos, la terraza, el sol y la cerveza se quedaron allí. 


  Y te repatea admitirlo, pero le tienes que dar la razón a toda esa gente que te decía "aquí no se está tan mal". Porque puede que por ahí haya edificios más altos, monumentos más bonitos o playas más paradisíacas, pero esos sitios no te han visto crecer, no son el marco de tantos momentos buenos y malos y, sobre todo, en ningún otro lugar del globo están las personas más importantes de tu vida.


  Así que, por muy bien que te vaya en tu nueva aventura, no puedes evitar mirar atrás y echar todo eso de menos. No es porque seamos inconformistas, no, es porque a veces hay que irse para valorar lo que dejas atrás y apreciarlo el tripe cuando vuelvas.


  Porque, aunque la decisión de irte a veces te pese, da las gracias porque haya un lugar en el mundo al que estés deseando volver.

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domingo, 12 de abril de 2015

Detrás de la canción: Beating Heart.

"Wanna hear your beating heart tonight"



  Una habitación en penumbra, la cama deshecha. En ese momento en el que parece que el tiempo nos da una tregua y todo se ralentiza a la espera de que el alba inaugure un nuevo día. Los primeros y tenues rayos de luz que entran por los huecos de la persiana dejan entre ver una silueta masculina tumbada boca abajo en le cama. La respiración calmada hace que los músculos de su espalda se muevan lentamente, al compás. El completo silencio de la habitación ensordece el constante latido de su corazón. Una canción latente que seguirá sonando para que ella encuentre el camino de vuelta a casa, a la seguridad de sus brazos y a la certeza de que su historia es real.

"And I don`t know where I'm going but I know it's going to be a long time"
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jueves, 2 de abril de 2015

En busca de la felicidad.

  La felicidad es ese estado de ánimo al que todo el mundo aspira, es la  meta vital por excelencia: vivir una vida feliz. Sin embargo, si nos intentamos acercar a ella como eso, como una meta, la carrera se hará cada vez más larga, más cansada y poco a poco perderá el sentido. 


  La felicidad no es una meta o, al menos, yo intento no verla de este modo. La felicidad es un modo de vida. Es levantare cada mañana con una sonrisa en la cara y dispuesto a descubrir en qué pequeños detalles se esconderá ese día la alegría. Porque, si hay algo que le gusta a la felicidad, es jugar al escondite. Y está en nosotros tener la imaginación suficiente como para averiguar dónde nos está esperando. 


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"We've nearly reached the finish line up in our marathon"