La casa está vacía, no se oye ningún ruido a parte del débil crepitar de mi cigarro al ser consumido por el fuego de mi mechero. El humo me envuelve pero no es tan firme como tus brazos, ni me gusta tanto. Pensé que poniéndome tu camisa conseguiría sentirte más cerca, otra más de mis equivocaciones. Y te tengo que decir que el hecho de que me dejases tu olor ha sido incluso más cruel que irte sin despedirte.
Tranquilo, la teoría me la sé. Sé que lo que tendría que hacer es guardarte en el cajón de los 'Fue bonito mientras duró' en la sección 'Vete a la mierda', pero es la práctica lo que me está costando. Por lo menos podrías haber dejado una nota con los pasos a seguir, porque envidio lo fácil que te ha resultado olvidarnos. He invertido todo el tiempo libre que me dejaste en darle vueltas a esta injusticia, a por qué te ha costado tan poco pasar página y a mi ya no me interesa la historia si tu personaje ha abandonado el libro/no va a aparecer en el próximo capítulo.
Será porque a ti te pareció divertido jugar a ser mi príncipe azul y yo me enamoré de los cuentos que me contaste. O puede que sea porque tu te cansaste de mis virtudes y yo me enganché a tus increíbles defectos. Pero sin duda lo que marcó la diferencia fue que yo me creí que esto tenía futuro, que los dos nos estábamos volviendo adictos al hormigueo en el estómago cada vez que nos besábamos. Te voy a dar un consejo, advierte a tus próximas conquistas de que se anden con cuidado o puede que se enamoren de tus abrazos por las espalda y de tu cara de sueño a las 7 de la mañana. Diles que no se acostumbren a tenerte porque lo único que les puedes prometer es que te vas a ir y cuando lo hagas, el ensordecedor silencio de sus apartamentos no va a conseguir acallar todos los recuerdos de las risas que compartisteis.
...............
❥
No hay comentarios:
Publicar un comentario