domingo, 6 de septiembre de 2015

Me gustabas demasiado.



  Fuiste tú el que dijiste 'Salgamos de aquí, veámonos a solas'. Esta bien no me quito culpa, yo acepté; pero no tenía otra opción, me gustabas demasiado. No me mientas, tu lo sabías, jugabas sobre seguro. Una vez más no corrías ningún riesgo porque tuviste, desde el primer momento en que te miré, la combinación ganadora: Misterioso, invitándome a descubrir lo poco o mucho que me dejases ver. Atractivo, con ese 'qué se yo' que me moría por saber. Y peligrosamente encantador, siempre con un as, o una sonrisa, bajo la manga.


  No te creas que no lo vi venir, sabía de antemano que sería yo la que perdería la partida. Aún así, amordacé a la voz de mi cabeza que me decía que eras un jugador nato y acepté las cartas sin siquiera conocer las reglas del juego. Los dos sabíamos que no tenía ninguna posibilidad, pero tenía tus manos en mi pelo y tu aliento contra mi cuello. Fui yo quien me autoconvencí de que me merecería la pena porque, al fin y al cabo, nada dura para siempre, y tu me prometías una mentira que era exactamente igual a la verdad que yo quería.


  En aquellos momentos solo me preocupé de hacer todas esas cosas por las que te entrasen ganas de volver la vista atrás, con el objetivo de alargar el recuerdo hasta que superase a la corta realidad
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Inspiración


¡No me digáis que no os encanta este videoclip! Llevo enamorada de la historia, de la estética y de la letra desde que se publicó esta semana.

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