viernes, 26 de junio de 2015

Querida "tú".


  Querida "tú":

  Primero, deja que me presente, no me gustaría ser maleducada. Soy "tú", bueno en realidad soy "yo" porque "tú" no serás "yo" hasta dentro de unos años. Sí, hemos cambiado tanto como para que no podamos ni utilizar el mismo pronombre; es lo que tienen los años, que nos obligan a alejarnos del pasado. Y así yo me alejé de ti, de la persona a la que va dirigida esta carta.

  Quiero hablar seriamente contigo, creo que lo necesitas. ¿Qué es eso que me cuentan mis recuerdos de que no estás siendo tu misma? ¿Qué estás fingiendo ser otra para agradar a ciertas personas? Tranquila "yo" estoy aquí y, afortunadamente para ti, no soy como esa que venía del futuro con una botella de lejía debajo del brazo y te prometía una ropa más blanca, "yo" no vengo a aclararte la ropa sino las ideas.


  Has pasado mucho, lo sé, vivencias que son el entrenamiento que necesitas para afrontar los partidos que te tocará jugar dentro de algún tiempo. Te estás construyendo a ti misma, paso a paso, no quieras correr demasiado no sea que se nos acabe el fuelle antes de empezar. Esta bien, hay cosas que tienes que mejorar pero mejóralas porque "tú" quieres, no porque las opiniones de otros te empujen a hacerlo. Y es que, al fin y al cabo,la única que va a tener que soportarte toda la vida eres tú misma. Sí, correcto serás "tú" quien se ria, llore y recuerde tus tropiezos, entonces... ¿a quién más necesitas si "tú" sola te vastas? 


  Es importante que te sientas a gusto en el pequeño rincón que amuebles en tu interior porque no vamos a poder mudarnos de aquí. Así que, sigue tus propios criterios de decoración, no los de otros.

  Sinceramente "yo".

  P.D: Pero "tú" tranquila, al final, me gusta como me la has dejado.


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